12 febrero 2010

prevención de daños en parapente (III)


2.B. Sobremando o error del piloto (n=57 (13,9%))
La interrupción del flujo de aire fue inequívocamente un error de pilotaje causado por un manejo inadecuado de los frenos –esto es, en maniobras de descenso rápido tales como barrenas, bandas B, orejas grandes o parachutaje.
Un parapente se aterriza normalmente haciéndolo entrar en pérdida cuando se está justo encima del suelo. Los pilotos con poca experiencia pueden ejecutar esta maniobra de forma incorrecta, especialmente a demasiada altura, con el resultado de un aterrizaje muy duro. 
Un problema reciente con la nueva generación de parapentes (NdT. Este artículo fue publicado en 2002 y los datos se acabaron de recopilar en 1999) fue que se podían quedar bloqueados en una barrena después de que se entrase en ella intencionadamente por un piloto sin el entrenamiento adecuado para compensarlo con ese modelo.

2.C. Colisión con un obstáculo (n=49 (12%))
Esto ocurre durante el despegue, mientras se asciende cerca de los riscos y, con más frecuencia, durante los aterrizajes. En el 78% de los casos, un árbol fue el obstáculo. Las heridas graves fueron raras. Más peligroso, pero mucho más raros, fueron las colisiones con teleféricos o tendidos eléctricos (6% de los accidentes). En el 16% restante están involucrados edificios, vehículos y otros obstáculos.

2.D. Errores durante el despegue (n=42 (10,3%))
El error más común se produjo mientras se amarraban el arnés antes del despegue, lo que resultó en un mayor contacto con el suelo.

2.E. Errores durante el aterrizaje (n=56 (13,7%))
Aproximaciones de aterrizajes inapropiadas (demasiado altas o demasiado bajas), correcciones de la dirección erróneas, giros rápidos cerca del suelo y aterrizajes con viento en cola fueron todas causas de accidentes. Errores de cálculo fueron a menudo el resultado de malas condiciones para el aterrizaje tales como vientos fuertes, actividad térmica, áreas de aterrizaje pequeñas y obstáculos en el borde del campo de aterrizaje. Durante el aterrizaje en sí, los errores fueron no salir del arnés lo suficientemente rápido, frenar demasiado fuerte ó cálculos erróneos de obstáculos que puedas provocar un aterrizaje accidentado.

2.F. Mal juicio de la meteorología (n=20 (4,9%))
Los problemas más comunes fueron desestimar la velocidad del viento y errores de previsión meteorológica. 

2.G. Comprobaciones prevuelo incompleta (n=20 (4,9%))
En 1997 y 1998, hubo cuatro accidentes mortales como consecuencia de que el piloto no se atase las perneras y cayese en el despegue. Ningún accidente ocurrió en 1999.
La segunda causa de accidente más común fue despegar con líos o nudos en los cordinos: ocho en 1997, nueve en 1998 y cuatro en 1999. Otra causa más, extraña, de accidente fue perder el paracaídas de emergencia durante el vuelo porque no fue asegurado en la comprobación prevuelo. Se registró esto en dos ocasiones en 1997, una en 1998 y dos en 1999.

2.H. Colisiones en el aire (n=9 (2,2%))
En los casos en los que dos parapente colisionaron, un piloto sufrió daños graves y el resto fue capaz de aterrizar con pequeñas heridas o sin ellas, usando los paracaídas de emergencia. En los tres casos en los que un parapente y un aladelta chocaron, en dos los pilotos de aladelta murieron porque no se abrió correctamente su paracaídas de emergencia.

2.I. Problemas con el torno (n=9 (2,2%))
Las heridas fueron causadas por una reacción violenta del cable del torno al romperse o después de haberse soltado.

2.J. Problemas con la equipación (n=2 (0,5%))
Los accidentes fueron causados por cambios de prestaciones de los parapentes en relación a su edad.

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