Oh, tu que anuncias buenas a Sión,
sube a una montaña bien alta.
Oh, tu que anuncias buenas nuevas a Jerusalén,
alza la voz con fuerza.
Grita, no temas,
di a las ciudades de Judea:
"¡He aquí a vuestro Dios!" Levántate,
resplandece, pues ha llegado la Luz
y la Gloria del Señor se ha alzado sobre ti.
(Isaías, XL,9; LX, 1)
Oh, tú que anuncias buenas nuevas a Sión,
levántate, di a las ciudades de Judea:
"Ha aquí a vuestro Dios!"
La Gloria del Señor se ha alzado sobre ti.
(Isaías, XL, 9; LX, 1)
Oh, tu que anuncias buenas nuevas a Jerusalén,
alza la voz con fuerza.
Grita, no temas,
di a las ciudades de Judea:
"¡He aquí a vuestro Dios!" Levántate,
resplandece, pues ha llegado la Luz
y la Gloria del Señor se ha alzado sobre ti.
(Isaías, XL,9; LX, 1)
Oh, tú que anuncias buenas nuevas a Sión,
levántate, di a las ciudades de Judea:
"Ha aquí a vuestro Dios!"
La Gloria del Señor se ha alzado sobre ti.
(Isaías, XL, 9; LX, 1)
He aquí que la oscuridad cubrirá la tierra
y las tinieblas a los pueblos;
pero el Señor se alzará sobre ti
y sobre ti se manifestará su Gloria.
Y los gentiles se acercarán a tu Luz
y los reyes al resplandor de tu exaltación
(Isaías, LX, 2-3)
El pueblo que caminaba en la oscuridad
ha visto una gran luz,
a los que moraban
en el país donde reinan las sombras
de la muerte les iluminará la luz.
(Isaías, IX, 1)
Porque nos ha nacido un Niño,
se nos ha dado un Hijo
y sobre sus hombros recaerá la soberanía
y será Maravilloso,
Consejero, Dios Todopoderoso,
Padre Eterno, Príncipe de la Paz.
(Isaías, IX, 5)
El Mesías de Händel.
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