31 octubre 2009

Colectores, mechas y disparadores. Por Will Gadd (y III)

CÓMO APLICAR TODO ESTO

Un día cualquiera, las térmicas llegan a cierta altura antes de parar, una distancia entre el suelo y la base de las nubes o la cima de la ascendencia utilizable. Llamo a cualquier cosa bajo la mitad de esta distancia “bajo”, y a cualquier cosa que esté por encima “alto”. Por ejemplo, si la base de las nubes está a 6000 pies (unos 1974 metros) por encima del terreno (AGL, Above Ground Level), entonces considero que estoy “alto” por encima de los 3000 pies AGL (unos 987 metros) y “bajo” por debajo de esa altura. Este artículo tiene que ver con la toma de decisiones cuando estemos “bajos”. Si vas bajo, pon rumbo a los colectores que están al Sol y que lo han estado durante bastante tiempo. Ten mucho cuidado volando hacia dentro de las sombras de las nubes; Si estás bajo, es muy extraño trepar fuera de una sombra de nube. Conecta los colectores con las mechas potenciales y los disparadores; las praderas soleadas bajo una cresta al Sol ligeramente sotaventada con nubes hinchadas justo encima son perfectas. Si estás en el lado sombrío de una cresta entonces estás en el lado equivocado y necesitas encontrar algo soleado enseguida. Un gran campo marrón con pequeñas lomas en el borde de la dirección del viento puede ser bueno, o un gran campo de hierbas seco que se encuentra con una carretera nacional transitada. Yo intento volar sobre todas las combinaciones de colectores/mechas/disparadores potenciales que sea posible. Si cojo incluso hasta un cero consistente en mi vario mientras voy bajo, pararé y empezaré a girar hasta que un grupo de térmicas se dispare. Por supuesto, si ves a un halcón subiendo como un loco o un remolino grande girando detrás de un tractor, pues la cosa se simplifica. No me voy a liar con térmicas débiles si acabo de terminar de girar una ascendencia y estoy empezando una transición, no sirve de nada porque de tomas formas lo más probable es que terminará pronto. Me pararé por al sólido una vez que llegue a mi zona baja.

Es importante entender que las ascendencias y las descendencias generalmente se equilibran unas a otras, sobre todo en las áreas relativamente pequeñas. Si su tasa de ascenso es de 1000 pies por minuto (unos 5 m/s), espere al menos más de 1000 pies por minuto de descenso cuando deje la térmica. Si las térmicas son grandes, espere grandes áreas de descenso. Si está en un área de descenso violento, entonces en algún lugar cercano hay una térmica violenta. Se debería preguntar, “¿dónde está el colector, dónde está la mecha, dónde el disparador? y ¡al ataque!”. Los colectores también tienden a dibujar el aire en ellos conforme se va liberando. A menudo notará un incremento en su velocidad sobre el suelo cuanto más se acerque a una térmica. Su planeador frecuentemente también abatirá unos pocos grados a medida que el aire vaya acelerando hacia la térmica, y su cuerpo más pesado se retrase. Las alas antiguas, por lo general, treparán ligeramente hacia detrás al encontrarse con una térmica fuerte, pero estarán muy presurizadas (lo notará en los frenos). Las ráfagas de viento o las turbulencias pueden hacer también que el ala trepe por detrás suya, pero la presión no será tan alta en el parapente. Esto es una buena forma de saber si está entrando en una térmica o es sólo una ráfaga de viento. Si el parapente se ha presurizado de forma más fuerte, entonces ha encontrado una térmica. Sin presión no hay térmica. Los parapentes más nuevos (del 99 en adelante) o más “perfo” normalmente abaten hacia la térmica, sin importar lo fuerte que sea, pero la sensación de mayor presión en el ala/frenos es la misma.

Finalmente, recordar que el viento inclina las térmicas; si está relativamente bajo y llegando a un colector entonces no importa mucho, pero cuanto más alto esté más desplazado de la fuente hacia el viento necesitará estar para interceptar a la columna.

El sistema expuesto puede ser completamente erróneo, pero es el mejor que he desarrollado por ahora. Cada año parece que mejora un poco y cada año miro atrás y pienso “Ups, ¿he estado alguna vez equivocado acerca de esto?” Intento mirar con franqueza a cada vuelo y pensar “¿qué funcionó?, ¿qué no lo hizo?” ¿Por qué yo pinché y otro cualquiera acertó? Los buenos pilotos crean su propia buena suerte térmica de forma extraordinariamente sistemática. Así que buena suerte desarrollando su propio sistema, ¡que ese es el que importa!


Con esto se termina a primera parte de las tres que conforma el artículo de Will Gadd. Más adelante publicaré la traducción de los otros dos tercios que quedan.

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